Vista a una distancia de treinta metros, parecia algo muy bueno, pero a diez metros daba la impresion de ser algo hecho para ser visto de lejos. Su boca era muy ancha, sus ojos demasiado azules, el maquillaje demasiado vivido, el delgado arco de sus cejas era casi fantastico en su curva y extension y el rimel era tan espeso que sus pestañas parecian rejillas de hierro en miniatura. Tenia puesto pantalones blancos, sandalias azules y blancas sin puntera sobre sus pies desnudos con uñas pintadas color carmesi, una blusa de seda blanca, un collar de piedras verdes que no eran esmeraldas. Su cabello era tan artificial como el hall de un cabaret-
Todo parece fluir y perderse, bruscamente y a veces no con tanta crudeza y tanta prisa y sin embargo, nos agujerea.
sábado, 3 de mayo de 2008
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1 comentario:
te quiero MIRIII
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